¿Qué es la apnea del sueño y cuáles son sus consecuencias?
El síndrome de apnea/hipopnea del sueño es un trastorno respiratorio del sueño en el que la respiración se interrumpe o se hace muy superficial. Este trastorno es multifactorial, genera manifestaciones que deterioran la calidad de vida y además se asocia con complicaciones muy importantes para la salud de las personas.
¿Por qué se produce este trastorno?
Numerosas teorias han sido propuestas para explicar el origen de esta anormalidad del sueño, y con base en estas se sustenta la división de este trastorno en síndrome de apnea central y síndrome de apnea obstructiva del sueño. En resumen, algunos casos parecen ser producidos por una disminución de la capacidad del sistema nervioso para controlar los músculos de la respiración durante el sueño, mientras en otros casos el mecanismo principal es la colapsabilidad y/o obstrucción de las vías respiratorias, tanto por factores relacionados con la distensibilidad y laxitud de los tejidos blandos como por factores antropométricos que condicionan una arquitectura osea de la vía respiratoria fácilmente obstruible. En cualquiera de los casos el resultados final es la caída transitoria, completa o parcial el flujo de aire a través de estas vías respiratorias. De estas dos formas de apnea del sueño, la más frecuente es la apnea obstructiva.
¿Cuáles son los factores de riesgo para desarrollar apnea del sueño?
Dentro de estos destaca la edad, el sobrepeso, la obesidad, factores genéticos y tóxicos. Se ha demostrado que con el aumento de la edad aumenta el riesgo de desarrollar apnea del sueño.
La obesidad, en especial la abdominal, es unos de los mayores factores de riesgo para apnea del sueño. Se cree que la obesidad favorece cambios anatómicos de las vías respiratorias superiores, tanto por deposito de grasa como de músculo alrededor de porciones colapsables de estas, así como también favorece la reducción en la capacidad pulmonar.
Parece ser que no sólo factores adquiridos como la obesidad o el envejecimiento llevan al desarrollo de la apnea del sueño, también factores genéticos podrían modular el aumento del riesgo de este trastorno. Estos factores genéticos podrían influir en especial por medio de características antropométricas, tales como la forma del macizo facial y craneal, así como la arquitectura ósea y de tejidos blandos de las vías respiratorias.
Además, factores tóxicos como el tabaquismo y el consumo de alcohol también pueden influir en el desarrollo de apnea. El tabaquismo produce cambios inflamatorios de las vías respiratorias, lo cual hace más que estas sean más propensas a obstrucciones, con el agravante de que el tabaquismo podría aumentar el impacto sobre la salud cardiovascular más allá del generado por la misma apnea del sueño. A su vez, el alcohol favorece una mayor relajación de los músculos que ayudan a dilatar las vías respiratorias y por tanto estas presentan una mayor colapsabilidad. Los trastornos alérgicos e irritativos de las vías respiratorias también parecen influir de manera negativa en la apnea del sueño.
Algunas enfermedades como la acromegalia, el hipotiroidismo, el síndrome de ovarios poliquísticos y la terapia con testosterona han sido asociados con mayor riesgo de apneas.
¿Cuáles son las manifestaciones?
El ronquido es una de las manifestaciones más comunes de la apnea del sueño, sin embargo, es necesario tener en cuenta que no todas las personas que roncan tienen este síndrome. Otras manifestaciones frecuentes son el sueño superficial, fraccionado, ligero y fácilmente interrumpible. En ocasiones, las personas afectadas pueden tener la sensación de percibir todo lo que sucede a su alrededor mientras están durmiendo, e incluso pueden no ser conscientes de que lograron conciliar el sueño. Al despertar, las personas afectadas puede sentir que estan agotadas y que su sueño no fue reparador. Debido a la mala calidad del sueño durante la noche, muchos de los afectados pueden caer dormidos durante alguna actividad cotidiana. A esto último, los médicos le llamamos hipersomnolencia diurna. Estas personas pueden tener una gran probabilidd de dormir mientras están leyendo, viendo televisión, descansando en cama, sentados en un lugar público o sentados después de una comida, mientras van como pasajero en un automovil, incluso durante recorridos cortos o mientras manejan, en especial cuando se detienen por pocos minutos como en un trancón, atasco o taco e incluso mientras están hablando con otra persona. En ocasiones, estas personas puede recorrer distancias largas en su automovil y cuando llegan a su destino pueden no recordar cómo llegaron hasta allá. Hay casos extremos en los que un avión frente a ellos puede no despertarlos. Otras de las manifestaciones de la apnea del sueño es el dolor de cabeza, en especial en regiones posteriores de la cabeza y que ocurre con predominio al despertar.
¿Cuáles son sus consecuencias?
Lejos de ser un proceso pasivo, el sueño es un proceso activo en el que se desarrolla una gran cantidad de acontecimientos biológicos orientados al equilibrio y reparación de nuestro cuerpo.
El resultado de no dormir bien se refleja en múltiples dominios de nuestras vidas, tales como las emociones y las funciones cognitivas, entre otras. Cuando no dormimos bien somos más susceptibles a no controlar nuestras emociones, nos podemos tornar irritables, poco tolerantes, con síntomas de ansiedad y depresión, además de inatentos, desorganizados y con múltiples fallos o errores al desempeñar diversas tareas. Como vimos arriba, esa falta de buen dormir aumenta el riesgo de somnolencia diurna y microsueños, que en medio de actividades de la vida cotidiana pueden llevar a fallos fatales que pongan en peligro nuestra integridad y la de las personas que nos rodean, tal como podría suceder en un accidente de tránsito o un accidente laboral.
Algo que podríamos pensar, de forma erronea, es que nuestro ronquido no es algo importante y probablemente no le prestemos la atención que merece. El ronquido puede ser un indicio que algo anda mal en nuestro sueño. Lamentablemente, algunas personas se acostumbran a vivir con los síntomas de la apena del sueño. Lo que no parece evidente en principio, pero que se ha logrado establecer, es que la apnea del sueño no sólo altera la arquitectura del sueño, sino que también favorece fenómenos inflamatorios en el cuerpo, que a su vez llevan al desarrollo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas como la hipertensión arterial, la enfermedad coronaria o el infarto cardíaco y del cerebro (trombosis), así como diabetes mellitus, entre otros trastornos altamente perjudiciales para nuestra salud.
En diversos estudios se ha demostrado que las personas con apnea del sueño tienen mayor morbilidad perioperatoria, mayor riesgo de hipertensión, enfermedad coronaria, arritmias cardíacas, infartos cerebrales, hipertensión pulmonar y trombosis venosas.
Es por esto que dormir es una actividad biológica vital para los seres humanos.